Su objetivo principal es fomentar la cultura científica, la inclusión y la conservación de la biodiversidad local a través de metodologías innovadoras como el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) y el Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA), garantizando la participación de todo el alumnado.
Durante su
ejecución, el proyecto involucró a 590 escolares de infantil y primaria (centros rurales y en riesgo de exclusión social), además de miembros de una asociación de personas con discapacidad intelectual. Las actividades abarcaron desde sesiones en el aula hasta salidas de campo con técnicas como el fototrampeo, permitiendo al alumnado investigar y registrar mamíferos autóctonos. También participaron en la co-creación de hipótesis, recogida y análisis de datos, elaboración de pósteres científicos y actividades de divulgación, reforzando el aprendizaje práctico y el vínculo con la naturaleza.
El proyecto también ofreció formación especializada a 41 docentes, con seminarios sobre metodologías activas, ciencia ciudadana y conservación de la biodiversidad. Además, las familias jugaron un papel clave, participando en actividades interactivas y eventos como la Noche Europea de los Investigadores, donde se destacó el valor de la ciencia ciudadana para transformar el conocimiento en acciones concretas.
Como legado, se elaboró una
guía de buenas prácticas, que recoge las lecciones aprendidas y herramientas clave para replicar el proyecto en otros contextos.